EXPOSICIÓN: PEDRO CORONEL. 100 AÑOS, UNA RUTA INFINITA
La Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, a través del Museo del Palacio de Bellas Artes, presentan la muestra Pedro Coronel. 100 años, una ruta infinita. Pedro Coronel, pintor y escultor, exploró la plástica hasta alcanzar un lenguaje cada vez menos figurativo, producto de un ir y venir entre la figuración y la abstracción, hasta conseguir una síntesis abstracta radical con un estilo inconfundible.
Recientemente, se confirmó a través de documentos históricos que la fecha correcta del nacimiento del pintor es el 25 de marzo de 1921 en Zacatecas, dos años antes de lo que se tenía pensado, por ello se conmemora el centenario de su nacimiento.
El concepto curatorial está a cargo de Martín Coronel-investigador, coordinador editorial y visual, e hijo de Pedro Coronel, así como de Iñaki, Herranz, gestor cultural y docente.
Las 43 obras que se presentan son muestra de su profunda exploración artística que se decantó, relativamente pronto, por un lenguaje cada vez más figurativo, producto de un ir y venir entre la figuración y la abstracción hasta alcanzar una síntesis abstracta radical con un estilo inconfundible. La selección está conformada por pinturas y escultura, las cuales provienen de 29 colecciones: Museo Francisco Goitia y Museo El Universo de Pedro Coronel, acervos del Gobierno del estado de Zacatecas y el INBAL, las colecciones López Velarde y la Pérez Simón, obras de la familia Coronel y otras colecciones particulares.
Periodo de formación (1939-1946) y obra temprana (ca. 1946-1958)
En la primera sección se exhiben las piezas de gestación inicial de Coronel en las que se aprecia la influencia de sus maestros académicos y la escuela de París. En la Escuela Libre de Escultura y Talla Directa, institución a la que ingreso en 1940 y que en 1943 se convertiría en la escuela de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, fue alumno de Santos Balmori, Manuel Rodríguez Lozano, Francisco Zúñiga y Juan Cruz Reyes. En 1946 viajó a París para completar sus estudios, donde frecuentó los talleres de Victor Brauner, Constantin Brancusi y descubrió la obra de Paul Klee.
Su estadía en Europa le permitió dotar a su obra con rasgos abstracto-constructivos, perspectivas cubistas, mezclas expresionistas y síntesis primitivas, sin perder su frecuente inspiración por lo prehispánico.
Pedro Coronel, La niña de la morena, 1946
Pedro Coronel, Epitalamio, México, 1956
Figuración abstracta (1958-1969 y 1975-1985)
Es una segunda sección, donde el público podrá apreciar el estilo característico de Coronel desarrollando a partir de la década de 1950. Considerada su etapa madura, debido a la síntesis de la figura, la cual logró modular a distintos grados de abstracción, a lo largo de su trayectoria se mantuvo en un vaivén entre la figuración y la abstracción. Coronel promovía figuras arquetípicas de valor universal que a la vez mantenían un vínculo de elementos de identidad nacional, como la muerte o motivos prehispánicos.
Su lenguaje plástico es una contrapropuesta a la Escuela Mexicana de Pintura, de la cual retoma el uso de grandes formatos. Por otra parte, se ubica en el contexto generacional del movimiento de La Ruptura, aunque logró desmarcarse de las tradiciones imperantes.
Pedro Coronel, La niña de los besos, México, 1959
Pedro Coronel, La mujer caracol, México, 1970
Abstracción total (1961-1985)
En este núcleo se propone recuperar a Coronel como uno de los artistas mexicanos de su generación que sintetizo su lenguaje hasta alcanzar la abstracción total con gran fuerza plástica. De 1969 a 1975 solo pinto obras de este estilo, entre las que se encuentran las piezas de la serie Año uno luna, exhibidas en una muestra homónima en el Museo de Arte Moderno en 1970.
En la última sala se abordan otras facetas del artista: La relación con Tamayo, a quien consideraba un parteaguas de su generación; un video acerca de su colección, y se incluyen obras alusivas a la crítica de arte, así como de su período final (1979-1985).
El elemento audiovisual aborda la labor de Coronel, sección en la cual se celebra su colección personal, donada en 1933 “al pueblo de México”. Es uno de los acervos de arte universal más importante de nuestro país, compuesto por piezas de la antigüedad greco-romana, Lejano Oriente, arte de Oceanía y África, estampa japonesa y arte prehispánico.
Pedro Coronel, Poética lunar II, ca. 1972
Pedro Coronel, El nacimiento del fuego, México, 1985
Pedro Coronel.100 años, una ruta infinita está acompañada por una publicación realizada con el apoyo de la Fundación Jenkis, también ofrecerán contenidos educativos, un programa virtual de actividades académicas y mediadas, una línea de tiempo, entrevistas con los autores del libro a muro con reflexiones acerca de la obra de Coronel y un video de su colección. Además de un micrositio con 10 secciones.
Esta exposición estará abierta desde el 3 de diciembre de 2021 en las salas del segundo piso del máximo recinto cultural de México, hasta el 27 de febrero de 2022
Acerca del Museo del Palacio de Bellas Artes
Inaugurado bajo el nombre de Museo de Artes Plásticas, el 29 de noviembre de 1934, fue el primer museo de arte en México, es decir, el primer recinto cultural dedicado a exhibir objetos artísticos para su contemplación. En su acervo se incluían piezas desde el siglo XVI hasta los murales de 1934 de Diego Rivera y José Clemente Orozco, así como una sala de escultura mesoamericana, otra de estampa mexicana y un Museo de Arte Popular, que albergaba la colección de Roberto Montenegro.
En 1947 aprovechando la creación del Instituto Nacional de Bellas Artes, el museógrafo y promotor cultural Fernando Gamboa y los pintores Julio Castellanos y Julio Prieto modificaron el proyecto en el Museo Nacional de Artes Plásticas. A su vez incorporó un amplio panorama de arte mexicano, un nutrido programa educativo y un vasto plan de publicaciones que promovía a distintos niveles la riqueza artística nacional. A partir de 1968 se conoce a las salas de exhibición del Palacio como Museo del Palacio de Bellas Artes, que no solamente fue el primer museo dedicado a la producción plástica, sino también fue el origen indiscutible del sistema de museos de arte en México. Desde entonces, el museo se ha encargado de constituir la principal plataforma de acción y espacio de exhibición de artistas nacionales e internacionales. De la enorme colección que albergó durante la primera mitad de su historia, el Museo del Palacio de Bellas Artes actualmente exhibe de forma permanente 17 obras murales de siete artistas nacionales ejecutadas entre 1928 y 1963, mantiene un intenso programa de exposiciones temporales, así como una gran cantidad de actividades para todo público.
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