Rafael Lozano-Hemmer nació en la Ciudad de México en 1967. Su formación académica lo llevó a estudiar Física en la Universidad de Concordia en Montreal, Canadá. Aunque comenzó su carrera como ingeniero de software, su pasión por el arte lo llevó a explorar nuevas formas de combinar la tecnología con la expresión artística. Esta fusión se ha convertido en la base de su trabajo y su sello distintivo.

Conocido por crear instalaciones interactivas que combinan elementos tecnológicos como sensores, cámaras, luces y sonido. Estas obras permiten al público interactuar directamente con el arte, convirtiéndose en parte integral de la experiencia artística. La participación activa del espectador es fundamental para Lozano-Hemmer, ya que le interesa explorar la relación entre el individuo, la tecnología y el espacio público.

Una de las obras más reconocidas de Lozano-Hemmer es «Pulse Room» (Sala de pulsos), en la que se utilizan sensores para registrar los latidos del corazón de los visitantes y se proyectan en forma de luces que parpadean en una sala. Esta instalación crea una conexión íntima entre el espectador y la obra, convirtiendo los pulsos vitales en un elemento visual y sensorial. La participación del público se vuelve esencial para completar la obra, ya que cada visitante contribuye con su pulso y, a su vez, se ve influenciado por los latidos de aquellos que lo precedieron.

Otra creación notable es «Voice Array» (Matriz de voces), donde se utilizan micrófonos y altavoces para capturar y reproducir las voces de los espectadores. Estas voces se mezclan y superponen, generando una atmósfera sonora única. La obra se convierte en un reflejo de la diversidad y multiplicidad de voces en la sociedad, al mismo tiempo que cuestiona la relación entre la identidad individual y el colectivo.