Entrevista Yanett R. Letechipía

 

Fotografía/ Vídeo Dalia C. Martínez Ibarra

 

Junio 2018

JAVIER
AUDIRAC

Melómano de larga andadura, productor radiofónico de los programas La Femme, Nouvelle Extravagance y Ruta de Evacuación en Radio Universidad de Guadalajara. Actualmente Co-Director de la Radio por Internet, y promotora de eventos psiconauta.net

Antiguo portavoz de las disqueras Happy Garlic, Abolipop, Poni Republic y Barrilete Cósmico. Co-Director del extinto Sociacusia Ciclo, y programador del Salón Púrpura en su momento. Además, antiguo columnista del suplemento Ocio, y de la columna Periscopio en El Informador, colaborador de las revistas Wow, Marvin, Zona de Obras y Círculo Mixup, actualmente en Páramo de Luvina.

 

Gestor cultural que es parte del Comité Organizador del Festival Doña Pancha, el programa Regeneraciones y Coordinador de actividades culturales en Vía RecreActiva GDL.

 

¿Cuándo descubres tu interés por el arte?

 

Mi primer acercamiento al arte fue por mis padres ya que en casa siempre tuvieron varios cuadros, pinturas o fotografías. Mi padre escribía poesía, era poeta, y dirigió varios documentales para la UNAM. Además, dibujaba y pintaba de manera amateur, pero había varios cuadros muy coloridos que él hacía y que me llamaban mucho mi atención. Ahí fue cuando me llamó y vaya que me surgió esta inquietud. Él me daba hojas, colores, compró acuarelas y yo empecé a hacer cosas; me despertó mucho los sentidos.

 

Por otra parte, en casa siempre hubo discos. Mi padre y mi madre vivieron antes de que yo naciera en Paris durante 5 años. Estuvieron en Europa y se hicieron de una colección, muy bien escogida, de obra de música clásica y algunas cosas de música contemporánea. A mi padre también le gustaba mucho el jazz y ese acercamiento también lo compartía en los discos. No sólo era tener la radio encendida, sino fue una estimulación muy grande para mí porque también escuchaba sus discos. Yo tenía como unos 5 años y mi papá me regalo una tornameza portátil que traía una bocina incluida. Me enseño a cómo operarla, cómo tratar los discos y yo tenía acceso a todos estos materiales. Había cosas que me gustaban mucho, otras que de plano no me gustaban o no las entendía.

 

También había una colección muy bonita de discos de música popular, tradicional mexicana, discos de Agustín Lara y sus intérpretes. Me llamaba mucho la atención este tipo de sonidos, porque más allá de las canciones de amor o de despecho, cuando uno es niño no entiende muy bien los mensajes o la temática misma. Me gustaba mucho la instrumentación en las canciones que cantaba Agustín Lara porque era muy peculiar, era una percusión muy básica: este contrabajo, el piano, la siempre presente voz tan singular de Lara y casi en todas las canciones tenían este elemento del violín, no sólo del violín por el violín.

 

Ahí me llamó la atención el descubrir la música, que es de las artes mi predilecta. Me gusta escuchar todo tipo de música, mas allá de ponerle una etiqueta o prejuzgarla antes de conocerla.

 

Entonces, ¿cómo te fuiste desarrollando hasta lo que haces actualmente?

 

En la escuela tuve la fortuna de estudiar en una escuela que ya no existe en la Ciudad de México, se llamaba Manchester, era una escuela pequeña que estaba en la colonia del Valle y había muchos hijos de gente que estaba relacionada con las artes. Por ejemplo, me acuerdo que estaba el hijo de la cantante de protesta, Amparo Ochoa, quien iba como dos año arriba de mi. Hasta incluso él mismo Luis Miguel, llegó a cursar dos años de primaria en la escuela y en mi salón estaba la sobrina de Gabino Palomares. Había mucho arte, lo percibíamos cuando teníamos las clases de educación artística o música; fluía muy bonito todo ahí.

 

A partir de ahí me surgieron las ganas de hacer radio. Tenía como 7 años cuando ocurría todo, me acuerdo que llegaba a casa, me encerraba en mi cuarto con la tornamesa, ponía las canciones y me inventaba mis programas de radio: ponía las rolas y yo las presentaba.  Después mi padre me regaló una grabadora y empecé a grabar estos programas, de hecho por ahí, hace unos tres a cuatro años me encontré una grabación. Fue muy bonito el poder recordar como realmente me aislaba: entraba a mi cuarto, me encerraba y hasta que llegaba la hora de cenar, mi mamá tocaba la puerta, ¡hey, ya es hora! ¡Vente a cenar!

 

Sí, desde la escuela me vinieron las ganas de esto, aunque no puedo decir que me considero un artista propiamente, pero sí estoy muy ligado a las artes y principalmente a la música.

 

¿Qué te consideras?

Me considero alguien muy sensible a las artes y soy un facilitador para otros que tienen talentos artísticos sobresalientes y/o únicos.

 

Entonces, desde la perspectiva de facilitador ¿Cómo es la tecnología parte integral de tu trabajo?

 

La tecnología es una herramienta muy indispensable, ya que sin necesidad de que te muevas de tu espacio, con una laptop puedes estar en comunicación con gente en cualquier parte del mundo. Prácticamente, estas junto de las redes sociales, aunque hay una polémica muy grande si son buenas o malas, pero facilitan todo.

 

Yo puedo trabajar con una laptop con conexión a internet, la tecnología es parte y me ayuda por medio de esos elementos; que ya son tan cotidianos y no les damos ese valor o aprecio.

 

¿Cuáles son tus herramientas favoritas en tus procesos creativos?

 

Diario, mis herramientas favoritas son las orejas. Siempre tengo los oídos muy abiertos a todo lo que escucho, mis ojos y mi propio cuerpo. Ahí es cuando comenzamos a descubrir algo. Lo importante es no perder como esa capacidad de fascinación de que podamos ver un objeto o escuchar una canción,  desde la perspectiva de estar limpios y libres de juicios.

 

Lo importante es no perder como esa capacidad de fascinación, de que podamos ver un objeto o escuchar una canción, desde la perspectiva de estar limpios y libres de juicios. JAVIER AUDIRAC

En tu trabajo ¿cuál es tu proyecto favorito y me lo puedas explicar?

 

Hay varios proyectos favoritos.

 

El coleccionar discos es un proyecto de vida fantástico. Los primeros discos que yo tuve, como mencionaba hace un momento, fueron los que me dieron por herencia mis padres. Además, mis dos medios hermanos, hijos de mi mamá, por ellos me llegó todo el rock, no por mis papas. Mi hermano escuchaban a los Beatles, los Rolling Stones, los Doors o Jimmi Hendrix; y mi hermana me pasó a César Costa, Rocío Dúrcal, Alberto Vázquez, toda la movida pop de finales de los 50´s y principios de los 60´s en México.

 

Personalmente, los discos son un objeto muy bonito, sobre todo en esta era donde la música la tenemos al alcance por Spofity o Youtube, todo es digital. En cambio el disco es una pieza de arte: la carátula, sacar el disco de acetato de la tapa, ponerlo en la tornamesa, poner la aguja en los surcos, escuchar las imperfecciones propias del acetato…  El coleccionismo es mi proyecto favorito, de todos y es completamente individual. ¡Mío!

 

Tengo muchos amigos que son igual de clavados y de aferrados, que tienen sus colecciones y eventualmente nos reunimos, escuchamos y nos presumimos que conseguimos cada quien. Es un proyecto de vida, también para mis hijos para cuando yo no esté.

 

¿Cómo es la comunidad en Jalisco? ¿cómo te haz involucrado?

 

Grandemente, tengo grandes amigos dentro de todas las manifestaciones y expresiones artísticas, desde músicos, artistas visuales, pintores o fotógrafos. Siempre hay como una retroalimentación muy grande, olvidándonos de los egos, de si yo soy mejor artista que tú o mi obra está en Nueva York y la tuya no. Hay como esta apertura de aprender algo nuevo y también el poder aportar un poco a ellos. Para mí es muy importante de que exista este diálogo y saber en dónde y/o qué esta haciendo cada quien.

 

De hecho, puedo platicarte del Festival Musical anual que organizamos llamado Doña Pancha. Somos este grupo “disfuncional” donde hay artistas visuales, gestores culturales y arquitectos. Es muy padre porque hay gente como el maestro Daniel Guzmán, que es un artista de Oaxaca y su obra ha dado la vuelta al mundo en la galería más pipirisnais de todo México que es Kurimanzutto; pero ahí todos somos soldados rasos, dejamos fuera a los egos. Es quitarnos de prejuicios y estar en comunidad.

 

En Jalisco, hay muchísima efervescencia de nuevos proyectos de artistas muy notables, que están poniendo muy en alto el nombre del Estado en todo el mundo.

 

De México ¿cuáles son tus artistas favoritos?

 

Me gusta mucho el trabajo de un colectivo de artistas llamado Los Lichis que son músicos y radican en Monterrey. Esta Manuel Mathar, que vive en la ciudad de México, y Gerardo Monsiváis que combinan la plástica, el video y la música; tienen un modo muy peculiar de ver las cosas y de mostrarlas.

 

No es por aventar cebollazos, pero me gusta mucho el trabajo de amigos muy cercanos como Cristian Franco, que es de Tecate, Baja California y vive en Guadalajara desde hace muchos años.

Personalmente, su trabajo es bastante relevante y tiene este asunto del humor. Yo soy una persona muy ácida y me gusta estar riendo, primeramente de mí, después de los demás; y para que me enganche una obra o exposición tiene que haber humor. Y generalmente, mis artistas favoritos casi siempre tienes este producto con humor.

 

También me gusta mucho la chamba de artistas sonoros como Rogelio Sosa que vive en la Ciudad de México, también me gusta Dyan Pritamo aka Arthur Henry Fork. Es una larguísima lista la que podría darte.

 

Dedicas parte de tu tiempo a la enseñanza ¿Qué tan importante es para ti?

 

Sí, curiosamente di clases en la Preparatoria N.13 de la Universidad de Guadalajara como 10 años. Siempre me ha gustado mucho estar frente a grupos, no con el afán de enseñarles unidireccionalmente, sino escuchando a las nuevas generaciones y saber donde están para crear una confrontación y debate con fundamentos de ambas partes, esa retroalimentación.

 

A lo largo de los años que di clase, hice amistad con varios muchachos que ya no están tan muchachos; ahora, ellos están haciendo cosas de arte. Me gusta encontrármelos y es reconfortante que te compartan que los inspiraste cuando eras su maestro y que las bandas o artistas que les recomendaste en ese tiempo, las sigan escuchando.

 

A mi me gusta mucho, a lo mejor soy muy reiterativo con lo mismo pero es este asunto de la retroalimentación y la reciprocidad. Te dejo algo pero tú me tienes que dejar algo a mi también. Me gusta que exista este asunto del cambalache e intercambio.

 

 

pero ahí todos somos soldados rasos, dejamos fuera a los egos. Es quitarnos de prejuicios y estar en comunidad. JAVIER AUDIRAC

¿Cuál es el mejor consejo que les podrías dar a los que están emergiendo?

 

Que se atrevan a hacerlo, que lo hagan. Si ya están pintando, que pinten; si es con la foto, tomen muchas fotos; si están con la música, tóquenle, compongan o grábense. Muchas veces esas críticas infundadas o destructivas que dicen: ¡No, es que tocas bien gacho! o ¡tu obra está espantosa! Pues sí, atrévete y hazlo. Si no le gusta a nadie, bueno finalmente puede ser muy caprichosa tu obra, pero te gusta a ti. Avancen, no se detengan. Finalmente, en ese previo de titubeo e inseguridad, hay algo que te esta diciendo que lo hagas. ¡Hazlo!

 

A lo mejor no va a ser tu obra maestra, la que vas al lograr en ese momento, pero tienes que hacerlo y a prueba- error es lo que nos ayuda a solidificarnos como seres humanos y como artistas.

 

Finalmente ¿Qué haces cuando no estás haciendo arte?

 

Pensando en arte, escuchando arte o viendo arte. No puedo como quitarme el traje, decir sí, ahorita ya no. Estoy en contacto con el arte porque desde el simple hecho de que vayas caminando por la calle y veas una placa o un graffiti que te llama la atención: ¡Ahí esta!

 

autor
Yanett R. Letechipía
Estratega en marketing digital y comunicación. Creadora y colaboradora de plataformas digitales, especialista en marketing de contenidos para medios impresos y digitales. Productora de eventos comerciales, publicitarios, culturales y medios audiovisuales. Enfocada a la cultura digital y las industrias creativas.