EL CHOCOLATE, ALIMENTO QUE ENDULZA EL PALADAR Y RECONFORTA EL ALMA

Dulce, amargo, suave, cremoso, sano, oscuro, blanco y de otros colores, considerado un alimento ancestral que enamora los paladares.

El campo mexicano ha hecho importantes aportaciones con productos que ha legado al mundo como el caso del cacao.  Desde muchos siglos atrás, sus variados usos y propiedades han conformado una parte esencial de nuestra historia y nuestra cultura. Hoy, el cacao y sus productos derivados tienen un papel destacado en los mercados internacionales y la agroindustria. Sin embargo, han sufrido transformaciones y se han olvidado de sus raíces originales.

 

Hagamos un viaje al pasado con nuestra imaginación y visitemos las antiguas culturas centroamericanas donde uno de los protagonistas es el cacao, y los mitos y las leyendas en torno a esta semilla se entretejen en una apasionante y deliciosa historia. Es así que muy pocos saben que en cada almendra de cacao convergen el pasado y el presente con todo un trasfondo cultural, que se remonta varios siglos atrás, recorre las raíces históricas de los pueblos mesoamericanos y llega hasta hoy, momento en el que el cacao y sus productos derivados tienen un papel destacado en los mercados y la agroindustria.

 

 

Alimento de los dioses

 

Aunque no está del todo claro cuál es la etimología de la palabra “cacao”, sí hay consenso en que su exquisitez es algo de otro mundo. Los olmecas, mayas y mexicas —las primeras civilizaciones en cultivar esta planta— la consideraban un árbol divino, y todavía hoy su nombre científico rinde tributo a esos orígenes, ya que la palabra teobroma cacao, de origen griego, significa alimento de los dioses.

 

Bien se sabe que el cacao y que su apreciado derivado, el chocolate procede de América, y que, por lo tanto, se desconocían en Europa antes del descubrimiento.

 

Como atestiguan las crónicas de la Conquista, para los primeros españoles desembarcados en el Nuevo Mundo el cacao fue simplemente una curiosidad y al menos en el primer momento, no fue su uso alimenticio el que los atrajo, sino la importancia que se le atribuía a la bebida y sobre todo, el valor monetario de los granos.

 

Pero las sociedades prehispánicas no sólo valoraban estos aspectos, sino que además confirieron al cacao cualidades que iban más allá de la mera utilidad y le asignaron un profundo simbolismo. El cacao se encontraba entre los dones originarios que los dioses dieron al hombre.

 

Se presume que fue la civilización olmeca (1500 a 400 a. C.) la primera en descubrir el sabor del cacao, que en forma de bebida mezclaban con agua y adornaban con especias, guindillas y hierbas. También fueron los primeros que comenzaron a cultivar el cacao en México. Con el tiempo, la cultura del cacao se extendió a las civilizaciones maya (600 a. C.) y azteca (1400 d. C.).

 

Hernán Cortés fue quien se encargó de llevar al continente europeo la semilla que probó por primera vez en un banquete ofrecido por Moctezuma, semilla que daría la vuelta al mundo y que se llegaría a transformar y adaptar de una manera tan dulce que enamoraría paladares de todas las regiones.

Foto: Kristiana Pinne
¿Qué es el cacao?

 

El cacao es un fruto del que se utilizan, sobre todo, las semillas. Estas semillas son de color blanco, pero se van oscureciendo con el proceso de secado una vez que se extraen de la vaina. A lo largo de este proceso, que dura varios días, el color blanco de las semillas adquiere un tono morado hasta alcanzar el color marrón rojizo, típico del chocolate. Tras la fermentación y el secado, la humedad del grano de cacao queda reducida a un 8 %.

 

Esta reducción evita el desarrollo de mohos, a la vez que facilita el almacenamiento, transporte, manejo y comercialización del cacao. La calidad del chocolate producido depende de la fermentación y del secado, y ambas operaciones son críticas en el logro de un buen producto final.

 

Fotos: Rodrigo Flores
“En ningún otro producto la naturaleza ha concentrado un alimento tan valioso y saludable en un espacio tan reducido como en una semilla de cacao.” Humboldt
El chocolate

 

Chocolate deriva de la palabra azteca “xocolatl”, cuyo significado es “agua espumosa”, denominación que era utilizada por los Olmecas (1500- 400 A.C.), por los Aztecas (1400 A.C.), y posteriormente por los Mayas (600 A. C.) (1) para identificar una bebida amarga, de fuerte sabor, y de gran valor energético.

 

Después de la breve reseña histórica, podemos resumir el proceso de producción del chocolate a partir del cacao. Para la elaboración del chocolate se necesita una mezcla de cacao, o polvo de cacao, manteca de cacao y azúcar. Posteriormente, según el producto que se quiera obtener, se añaden otros ingredientes como leche, almendras, avellanas, frutas, etc.

 

El chocolate es ahora uno de los productos más populares en el mundo. El cacao propiamente dicho tiene mucho y poco que ver con el chocolate; los mesoamericanos lo domesticaron, aprendieron a cosecharlo y procesarlo de un modo tan eficiente que eso ha cambiado casi nada a lo largo de milenios; le encontraron las mejores maneras de aprovechar su sabor, de matizar su regusto amargo. A partir de la conquista, mexicanos y europeos lo sometieron a un proceso de transformación prácticamente permanente; se le añadieron nuevos ingredientes, se le consumía en ocasiones distintas (ahora en mayor libertad), se desarrollaron instrumentos nuevos para prepararlo y consumirlo, y al final del camino se le comenzó a procesar más allá de la bebida.

Foto: Adobe Stock
Foto: Irene kredenets
Foto: Massimo Adami
El chocolate es la única obra de arte que puede comerse. ― autor desconocido
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Portada: Postre, que tiene un concepto de bombón abierto, fue elaborado con tecnología de impresión en 3D / Foto vía: Mona Lisa Decorations
autor
Gestora y promotora cultural, su trayectoria profesional se especializa en el diseño y producción de proyectos y eventos en los que converjan el arte, tecnología y ciencia; ya sean de índole cultural o formativo con el principal interés de impulsar la cultura digital y mostrar el panorama e impacto que tienen las tecnologías en el arte.