“BILL VIOLA. TIEMPO SUSPENDIDO” EN EX TERESA ARTE ACTUAL
La primera muestra individual en México del artista estadounidense Bill Viola, compuesta por videoinstalaciones de mediano y gran formato, una experiencia inmersiva visual y sonora. El tema central de la exposición es la condición humana y su devenir.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) presentan “Bill Viola. Tiempo suspendido”, la primera muestra individual en México del artista estadounidense Bill Viola.
La exposición, que se encuentra en Ex Teresa Arte Actual del 28 de abril al 28 de agosto, está compuesta por una selección de ocho obras representativas de su trabajo, a través de videoinstalaciones de mediano y gran formato que buscan crear una experiencia inmersiva, visual y sonora, en diálogo con el espacio arquitectónico.
La muestra toma como eje conceptual la idea del cuerpo confrontado al tiempo: devenir en que se demora el transcurrir de la condición humana y desde el cual el cuerpo se revela como signo y gesto resonante. Las obras refieren de alguna manera a un tiempo sagrado o suspendido desde el cual se plantean situaciones/imágenes que descubren la condición más primigenia de la experiencia humana, expresadas a través de un lenguaje audiovisual.
Considerado un artista icónico de los lenguajes contemporáneos del arte, Bill Viola consolidó el uso del video como una práctica nodal al lado de exponentes como Nam June Paik, Bruce Nauman o Vito Acconci. Creada a partir de la década de 1970, la obra de Viola concita la integración de poderosas imágenes concebidas mediante la exploración de técnicas audiovisuales y el uso de nuevas tecnologías, lo cual le ha otorgado un reconocimiento internacional por la novedad de sus procesos de experimentación y su profundidad conceptual.
Durante los años ochenta y noventa, Bill Viola comenzó a incorporar referencias directas a la historia del arte en sus obras de video, poniendo en diálogo una visión mística cristiana con pensamientos orientales provenientes del hinduismo o el budismo. El artista explora en sus trabajos distintas posibilidades plásticas y sonoras, además reflexiona sobre temas que implican una inmersión en las experiencias más íntimas y al mismo tiempo más trascendentales del ser humano. Sus “pinturas en movimiento” internalizan estados de silencio y meditación a través de la manipulación y ralentización de las imágenes inspiradas en piezas religiosas renacentistas o barrocas.
Algunas de las obras de Bill Viola parecieran querer acercarnos a la vivencia de visiones “sobrenaturales” en las que cierta experiencia mística se comunica mediante los elementos básicos de la naturaleza —agua, aire, fuego y tierra—, que adquieren un poderoso y arquetípico carácter simbólico. En especial, el agua se vuelve en la obra de Viola un medio plástico —visual y sonoro— para transmitir conceptos físicos y metafísicos, como la disolución, la purificación y el renacimiento.
“Tierra”, “Aire”, “Fuego” y “Agua”, de la serie Mártires. Bill Viola (2014) Así, en Fire Woman (2005) el fuego consume y revela la sugerencia de la visión de la propia muerte, mientras que en The Messanger (1996) se establece una metáfora del ciclo de la vida a través del espacio líquido. Los viajes que el artista ha realizado a diferentes regiones del mundo se expresan de diversas formas y recuperan temas espirituales o religiosos, como en Ablutions (2005), que evoca las ceremonias de purificación que se registran en diferentes culturas; o bien, mediante la elección de narraciones literarias, como la historia de Tristán e Isolda en Tristan’s Ascension (2005) o a través de la recreación de obras de arte religioso en las cuales se rinde homenaje a la pintura, desde la imagen en movimiento, como sucede con The Greeting (1995), la cual escenifica la escena plasmada en el cuadro manierista La visitación, de Jacopo Pontormo (1494-1557).
Fire Woman. Bill Viola (2005)
Ablutions (2005). Bill Viola. Foto Kira Perov © Bill Viola Studio
Tristan’s Ascension. Vill Biola (2005)
The Quintent of the Silent (2000) explora de manera minuciosa la gestualidad de los rostros, a manera de una pintura devocional religiosa, en la cual se permite reconocer la sutil transición de los estados emocionales.
La exposición cuenta con el apoyo del programa de estímulo fiscal Efiartes, así como con la colaboración de Altex, Fundación Telefónica, Panasonic México y Medusa Lab.
La propuesta expositiva que se presenta en el recinto de la Red de Museos del Inbal se inserta dentro del programa de trabajo de Ex Teresa Arte Actual como parte del eje curatorial “imagen/tiempo, cuerpo y gestualidad”, en la que se busca difundir obras y proyectos artísticos que emergen desde las prácticas de arte de la temporalidad (time based art), soportadas en la imagen/tiempo (performance, videoarte, arte sonoro y sus periferias) como superficie de inscripción y exploración artística desde el cuerpo y la gestualidad.
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