ARTE LUMINOSO

La luz artificial que se convierte en arte.

Actualmente muchos artistas exploran las posibilidades de la luz artificial, trabajan con mezclas de materiales, diversos tipos de fuentes de luz y aplican los conceptos en distintas escalas, desde la objetual, considerando la espacial y la vivencial.

 

Por lo que la luz artificial se ha convertido en una herramienta de trabajo para artistas que hacen de este elemento el fundamento de su arte. Como el lienzo y pinceladas para un pintor, la luz es para los artistas el soporte de su obra y fundamento de expresión.

 

Las distintas ramas del arte, especialmente las artes plásticas, han integrado desde mediados del siglo XX, y de manera paulatina, el uso de elementos de luz artificial tanteando las diversas posibilidades expresivas y visuales que ofrece.

 

El paso que experimenta la luz artificial, de ser un instrumento funcional para convertirse en un lenguaje expresivo y formal, es el resultado de una evolución tecnológica y de una interrelación de acontecimientos y experiencias en distintos campos, tanto artísticos como técnicos y socioculturales. Desde el surgimiento de la luz eléctrica, la luz artificial se fue incorporando de manera paulatina en el ámbito artístico donde se exploró las posibilidades de este elemento intangible, pero dotado de gran carga visual y gráfica.

 

En el momento en que la obra sobrepasa las dos dimensiones del arte pictórico tradicional con el surgimiento del Arte de la Performance y los Happenings y adicionalmente incorpora el dinamismo y capacidad de transformación que producen los juegos de luz y sombra, que produce el comienzo de una nueva corriente artística en la que el medio de expresión plástica esencial es la luz artificial.

 

Crédito: James Turrell

Esta nueva tendencia en el arte tiene sus inicios en la década de 1960 en California, Estados Unidos, cuando un grupo de artistas comenzó a experimentar con la luz y el espacio en base a las aportaciones de artistas del Op-Art, el Arte Minimal o el Arte Cinético de las décadas precedentes. Estos artistas estaban centrados en manipular la luz con el objetivo de producir resultados plásticos y perceptivos, y para ello utilizaban distintas fuentes de iluminación artificial que permitían una gran variedad de efectos. Algunas de las figuras que asentaron las bases de este género son Dan Flavin, Robert Irwin, Doug Wheeler, Spencer Finch o James Turrell; cuya labor ha contribuido a la popularidad actual de esta corriente. Estos artistas crean sus obras a través de potentes haces de luz con proyectores especiales o tubos fluorescentes producidos industrialmente. Incluso la última frontera del Arte de Luz está siempre ligada a las innovaciones tecnológicas representada por el uso de LED y softwares específicos.

Las obras que en un principio se centraban en la pureza del objeto lumínico tomando referentes del Arte Minimal que se estaba desarrollando paralelamente, fueron evolucionando hasta la mínima expresión: la propia luz.

 

La luz es capaz de modificar la percepción que tenemos del entorno, puede expandirse y contraerse, y generar espacios, aunque haya límites físicos. Tienen la cualidad de manipular nuestros sentidos y cambiarlos, creando límites perceptivos que no son reales.

El lenguaje artístico fundamentado en la inmaterialidad de la luz hace que nos situemos en una línea que separa lo real de la ilusión, abriendo paso a una nueva dimensión en relación del espectador y la obra: la investigación. Es precisamente en esa dimensión, donde se pierden las coordenadas del espacio. Ahora es el espectador el que tiene que adentrarse y descubrir si lo captado por sus sentidos es real y, no limitarse a observarla como un ser independiente a ella.

 

“Wedgework III” de James Turrell (1943 California ,EEUU)  es un ejemplo de la luz artificial como elemento que altera la percepción espacial. En esta obra no hay un objeto concreto que mirará, sino que la obra envuelve todo el espacio colonizado por la luz de distintas densidades y gamas cromáticas, creando límites y espacios inexistentes en la realidad.

 

Este uso de la luz, que se apodera del espacio en la obra artística, queda claramente definido en palabras del artista italiano Carlo Bernardini (1966 Viterbo, Italia).

“Es interesante ver el trabajo a 360 grados, desde adentro y desde afuera. La mayor transformación en el arte contemporáneo no fue el uso de los nuevos materiales, de nuevos lenguajes o conceptos expresivos, sino la pérdida del perímetro en una pintura o del volumen en una escultura. Las obras no tienen límites en el espacio, sea cual sea su material. Y la luz es el elemento principal porque es inmaterial. La luz es, de hecho, la más adecuada para eliminar los límites físicos e ir más allá de los perímetros. Tiene en sí mismo un poder innovador, que otros materiales no tienen: eso es algo que le permite ir más allá de los límites fijados.”

 

Todas estas tecnologías están ahora a la disposición de los diseñadores de iluminación, arquitectos, ingenieros y artistas, y les permite transformar y reinterpretar el ambiente exterior después de oscurecer, de una forma que no pudieron imaginar nuestros antepasados.

 

Las aplicaciones en el campo artístico un elemento tan versátil como la luz es tomado por los artistas plásticos y transformado en obra de arte yendo más allá de los límites convencionales. El arte actual ya no se divide en los criterios conocidos de pintura y escultura, ahora se completan al entremezclarse, y con más razón cuando se asume como uno de los medios para lograr la expresión a la luz.

 

En la creación de la obra artística con luz como material, se pueden encontrar dos vertientes principales: la utilización de la luz natural, en la cual se retoman la sombra, la dirección y las trayectorias para lograr cometidos, incluyendo dentro de la obra la escala geográfica y la dimensión temporal.

 

En otra vía, se trabaja con el reflejo para crear superficies reflectantes con distintos índices de reflexión, lo cual hace que la apariencia del objeto cambie conforme la incidencia de la luz varíe; muchas veces estas superficies reflectantes logran resaltar el color aplicado y crean, por reflejo, la luz coloreada.

 

En otros casos se utilizan materiales traslúcidos, los cuales aprovechan los cambios de luminosidad que suceden a lo largo del día, para lograr así efectos, ya sea de proyección de sombras coloreadas sobre el objeto o en las alternativas más vivenciales sobre los espacios.

 

Crédito: Circuito Subterráneo-Yuge Zhou/ Ars Electronica -Robert Bauernhansl / 
Vog-photo
“Mi trabajo no tiene objeto, ni imagen ni enfoque. Sin objeto, sin imagen y sin foco, ¿qué estás mirando? Te estás mirando mirando . Lo que es importante para mí es crear una experiencia de pensamiento sin palabras ". James Turrell
Crédito: Tesla orchestra / Vog-photo / Intel Corporation / 
Ars Electronica - Robert Bauernhansl
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Gestora y promotora cultural, su trayectoria profesional se especializa en el diseño y producción de proyectos y eventos en los que converjan el arte, tecnología y ciencia; ya sean de índole cultural o formativo con el principal interés de impulsar la cultura digital y mostrar el panorama e impacto que tienen las tecnologías en el arte.